292.- ¿Hasta cuándo abusarás, Catilina de nuestra paciencia?-La Defensa, septiembre 2020. - RJCornaglia

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Revista La Defensa. Septiembre del 2020.
Editorial
¿Hasta cuándo abusarás, Catilina de nuestra paciencia?
Por Ricardo J. Cornaglia.

¿Quosque tándem abutere, Catilina, patientia nostra?
Ante el ansia de poder de Catilina, reunido el Senado en el Templo de Júpiter Estator, Marco Tulio Cicerón (106 a 43 a. C.), asumió la defensa del pueblo de Roma y sus instituciones, en un discurso breve, de poco más de  300 renglones, en latín, que comienza con esa frase.
Se la reconoce, como la primera catilinaria y es una de cuatro piezas oratorias, en las que un simple plebeyo, amante del derecho, abogado al fin, quebró una lanza por salvar su República.
Es desde hoy, un fresco esfumado tras el título de esta revista, como imagen alegórica, e reemplaza a Hipérides, en la defensa en el areópago griego.
Cicerón ofrendó su vida por las instituciones republicanas. No fue asesinado por las cuatro catilinarias, sino por las catorce “Filipicas”, por las que el triunvirato de Octaviano, Marco Antonio y Lépido, lo decapitaron y expusieron su cabeza y manos al público, con ensañamiento.
Luis Antonio Villena, en su trabajo “Cicerón: la razón frente a la fuerza”, escribió: ”En este drama antiguo, hay escrita una lección que vale para cualquier época: que el fin justifica los medios en la lucha por el poder. No existe el fair play. Los ambiciosos se ponen de parte de quien conviene en cada momento. El propio Octaviano actuó así para lograr sus fines. Cicerón, por el contrario, optó por ser fiel a sus ideas y su visión de la patria, aunque fuera a costa de su vida. Y como todo debe cambiar para que nada lo haga, el Imperio Romano, que inauguró Octaviano, mantendría siempre -acaso en vago recuerdo de Cicerón- las formas republicanas aunque bajo un régimen de poder personal. El Senado sobrevivió formalmente, aunque a menudo fuera sólo un adorno en manos de los césares sucesivos.”
La historia, el derecho y las instituciones sirven, a quienes son capaces de servirlas.
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